UN ANIMAL NO ES UN JUGUETE
Eduquemos en responsabilidad y empatía.
Cuando un animal entra en casa, nosotros somos su familia. Desde ese instante hay que cuidarle, protegerle y estar pendiente de sus necesidades, y nos va a acompañar durante catorce, dieciséis, veinte años...
Un animal requiere responsabilidad y compromiso diario, y jamás puede ser el capricho de unos días. Basta con teatralizar la situación y que pongáis a un niño o una niña en el lugar de ese perro o ese gato. Lo entenderán muy rápido y pondrán su granito de arena para contagiar en positivo.
En las protectoras y en las perreras hay miles de animales que fueron comprados y regalados en Navidad y abandonados meses más tarde. Esos sí necesitan un regalo: el regalo de una familia que pueda responsabilizarse de ellos. Si realmente tenéis claro que deseáis un animal en la familia, visitad la protectora o la perrera más cercana.
No compres. Adopta. Pero con responsabilidad.
Vídeo de Fundación Affinity.
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